“El aceite, como cualquier producto de consumo, o lo apoyas y lo ayudas, o ya no crece más. En España tenemos un mercado maduro, donde todavía queda margen de crecimiento, pero requiere un esfuerzo por parte de todas las partes implicadas”. Así se expresa Teresa Pérez Millán, ingeniero agrónomo y gerente de la Organización Interprofesional del Aceite de Oliva Español. La Interprofesional nació en el año 2002 y a ella se sumaron todas las organizaciones nacionales representativas de los distintos eslabones de la cadena: desde el olivar hasta que la botella de aceite llega al punto de venta, desde los sindicatos a los empresarios. Teresa y todo su equipo tienen una actividad frenética que se ha traducido en 50 campañas de promoción del aceite en menos de tres años, no sólo en España sino en todo el mundo. Su obsesión es doble: que cada vez se abran más mercados a un producto que es “estrella en la restauración y con el valor añadido de saludable -dice Teresa Pérez- y que en España su consumo llegue también a las capas de población más jóvenes. En tres palabras: rejuvenecer el consumidor”. Hablamos precisamente de un sector que aporta directamente un 3 por ciento al Producto Interior Bruto de nuestro país.
-¿Ha costado unir fuerzas en el sector?
– Crear algo nuevo siempre supone un gran esfuerzo. Se ha llegado al consenso: productores, transformadores y comercializadores se han dado cuenta de que en determinados campos de acción no interesa ir cada uno por su cuenta: que hay que hacer promoción e investigación del producto de forma conjunta. Ahí es cuando nace nuestro proyecto. La verdad es que cuando todo el sector ha ido con una voz unánime a decir a la Administración “queremos esto”, ésta ha respondido convenientemente. La promoción debe ser una labor continuada, un goteo constante.
-¿La crisis ha afectado también al mundo del aceite?
-. La crisis ha afectado a todos y a todo. Yo creo que no se ha salvado nadie directa o indirectamente. En el sector del aceite, por una política de contención de precios en origen -que ha ayudado al consumidor a que sean más asequibles- ha deteriorado la situación de los productores. Llevan varias campañas seguidas soportando bajos precios y el estado llega a un punto que es insostenible. Muchos olivares están soportando costes muy por encima del retorno de la inversión, a través de la venta del producto. Si a esto le sumamos toda la crisis económica, la falta de líneas de crédito y financiación en los productos agroalimentarios, existe un gran problema. No poder prefinanciar tu producción, antes de que salga al mercado, te ata de pies y manos para seguir invirtiendo, mejorando.
“SE VISLUMBRA UNA BUENA CAMPAÑA”
Teresa Pérez es optimista por naturaleza. Sonríe mientras habla. Su tono de voz es enérgico. Tiene mucha fuerza y eso que les falta a algunos políticos: capacidad de liderazgo.
-¿Se vislumbra ya una salida a la crisis o sería pecar de optimismo?
-. Todo apunta a que la próxima campaña oleícola va a ser buena. Esta es una estupenda noticia pero, a la vez, al hablar de un volumen de aceite importante, dificulta la superación de la situación de tensión en los precios que siguen situados a unos niveles de no-rentabilidad para el sector productor.
-. ¿Está usted obsesionada con este asunto, hasta el punto de levantarse y acostarse pensando en lo mismo?
-Estoy impregnada de aceite todo el día. Me gusta y, además, es mi trabajo. Estamos actuando en diferentes líneas. Sobre todo, en la promoción del producto. Queremos informar al consumidor, promover el consumo del producto e incentivar la demanda. Cuánta más demanda haya, mejor situación habrá para el sector y sus productos. Por otra parte, se está trabajando internamente para encontrar otras soluciones, otras medidas, visto que la situación va para largo y la luz al final del túnel se ve todavía muy pequeñita.
-. ¿Las políticas españolas y europeas no están siendo eficaces?
-. En el pasado, con las ayudas a la producción, el sector español, a diferencia de otros países europeos, como pueda ser Italia o Grecia, lo hizo muy bien. Nuestro sector supo invertir esas ayudas en mejorar las instalaciones, las explotaciones, las almazaras…se hizo excepcionalmente bien. Luego se eliminaron esas ayudas a la producción y llegamos al famoso pago único, donde ya daba igual si producías o dejabas de producir. En España podemos decir que el olivo no sólo ha sido productivo, sino que ha representado un cultivo refugio porque era el que presentaba mejores perspectivas de futuro. Por algo hemos sido líderes mundiales en producción y comercialización. Pero llegó el momento en el que todo esto se paralizó un poco cuando aterrizó la nueva OCM. Las ayudas van de menos a menos y cada vez hay más preocupación por eso. Las ayudas van de menos a menos y cada vez hay más preocupación por eso en el sector productor.
– Resulta complicado exportar aceite de oliva a nivel internacional de forma similar a cómo llega el vino a otros mercados. ¿Esto es lo que más está costando?
-. Es cierto que hemos pecado al pensar que ‘lo mío es lo mejor’ y querer ir cada productor por su cuenta. Ahí tenemos una labor muy importante que hacer desde la Interprofesional. Sobre todo, en épocas como ésta en la que los recursos son escasos y hay que maximizar en lo posible el rendimiento de las acciones llevadas a cabo. Interesa unir esfuerzos. Con respecto al vino, la gran diferencia con el aceite es que el primero se bebe y por desgracia, el aceite no. Por lo tanto, los ritmos de crecimiento del consumo son mucho más lentos.
-. ¿Resulta complicado luchar contra otros aceites que no son de oliva y grasas animales?
-. Los aceites vegetales sustitutivos son mucho más económicos y, en otros países y en otras culturas, resulta difícil, sin conocer a priori el aceite de oliva, pagar más por él si no se conocen sus propiedades y beneficios. El aceite de oliva ha demostrado suficientemente, gracias a la investigación científica, sus propiedades saludables frente a otros aceites vegetales que no las tienen. Eso hace que, hoy por hoy, los aceites de oliva sean la estrella. Poco a poco, en los mercados exteriores, las franjas de población con mayor poder adquisitivo apuestan por nuestro producto más emblemático. Pero el crecimiento del consumo, si bien cada vez mayor, es más lento de lo que a nosotros nos gustaría.
-. ¿Falta unión entre todo el sector olivarero?
-. Quizás no es tanto falta de unión como que no ha existido hasta ahora una iniciativa común para unificar a todos. Hasta que se creó la Interprofesional, cada uno hacía la guerra por su cuenta. Ha llegado el momento de pararse a pensar y sacar mejor provecho y hacer una estrategia común única mucho más fuerte.
“EN MI CASA SIEMPRE HEMOS CONSUMIDO ACEITE DE OLIVA”
Teresa Pérez nos confiesa que aunque no ha tenido una raíz olivarera, en su casa nunca ha faltado el aceite de oliva. “Genéticamente el amor por el aceite me debe llegar por alguna parte que desconozco. En casa hemos utilizado siempre el aceite de oliva virgen extra y no he conocido otra cosa. Luego, cuando he tenido ocasión de probar aceites distintos, he seguido apostando por él, no sólo por sus características y propiedades nutricionales, sino por su sabor, por su gusto y por su diversidad”.
-. ¿El aceite de oliva gana en la cocina?
-. Para mí, un alimento cocinado con aceite de oliva tiene otro sabor, es otra cosa. Me gustaría hacer un llamamiento al mundo de la restauración, que tiene mucho camino por recorrer, que podría mejorar muchísimo con una inversión pequeñísima. Te deprimes pensando los buenos aceites que hay en España y los que muchas veces te encuentras encima de la mesa de algunos restaurantes. De hecho, la Federación Española de Hostelería (FEHR) nos ha manifestado el valor añadido que los aceites de oliva pueden ofrecer a los restaurantes en términos de calidad e imagen.
-. Los grandes restauradores lo tienen claro… el problema quizá son los pequeños.
-. Claro, nosotros queremos trasladar esa conciencia, instaurada en todos los hogares españoles, al mundo de la restauración. No imagino una sola persona que en España no tenga una botella de aceite de oliva en su casa. En muchos estudios de mercado que hemos hecho, el consumidor siempre nos ha manifestado que estaría dispuesto a pagar un poquito más si supiera que el aceite que está consumiendo en un restaurante es un aceite de oliva de calidad.
-. Si se sabe que el aceite de oliva virgen extra es más saludable que otros aceites o grasas animales. ¿Por qué no se le da más publicidad?
-. En Europa, por suerte o desgracia, existe una reglamentación comunitaria que para tutelar al consumidor se impide que en el etiquetado, al igual que en la promoción de los productos, se haga abuso de todas las menciones nutricionales y saludables que pueden tener los productos alimentarios. Sí se podría hacer si esas cualidades están demostradas científicamente y son aprobadas por la autoridad competente europea. Eso ha hecho que estemos atados de pies y manos. Sabemos que el aceite tiene muchísimas cualidades, pero por el momento no lo podemos poner en el etiquetado ni utilizarlo en la promoción, y eso nos perjudica. Se está trabajando mucho para que, a través de la investigación, podamos presentar todos esos informes y esa documentación a la autoridad europea, esperando lograr informes favorables y la posterior aprobación de menciones autorizadas dentro del reglamento.
-. ¿Si hubiera un impulso a nivel estatal la promoción del aceite sería distinta a la actual?
-. El aceite es un producto emblemático que representa más del 3 por ciento del Producto Interior Bruto. Es un porcentaje muy alto a nivel agroalimentario. Por este motivo es indispensable seguir contando con las Administraciones Públicas en el impulso de este sector, con una apuesta decidida y decisiva.
-. Volvamos a la cuestión de la desunión y las diferencias de las propias explotaciones…
-. Esa desunión que comentábamos antes por territorialidad, diferencias de las propias explotaciones, volúmenes… Las características y las condiciones de los distintos productores son muy variadas. Hay otros países que son mucho más homogéneos en su producción. Nosotros tenemos unos olivares tradicionales, en pendiente muchos de ellos; en zonas de sierra, donde todas las labores agrícolas son carísimas porque no son mecanizables. El consumidor, si lo supiera, sabría valorar lo que supone recoger aceituna y producir aceite. La gente debería experimentar esa sensación de ir a recoger aceitunas, llegar a la almazara y ver salir ese oro líquido excepcional con unas características y un perfume extraordinarios. Requiere un esfuerzo que el consumidor, cuando destapa una botella, no llega a percibir. Igual tenemos que hacer un mayor esfuerzo por esa vía. Igual tenemos que hacer un mayor esfuerzo para explicar todo lo que hay detrás de un aceite de oliva.
-. Esa labor implica también un esfuerzo a nivel educacional con nuestros más pequeños.
-. A nivel educacional hemos estado barajando poder hacer talleres con niños en educación infantil. Incluso poder incorporar contenidos en algunas de las asignaturas de los más mayores, divulgación qué es la aceituna, qué es el olivar, los aceites de oliva…
CÓMO SURGIÓ SU VOCACIÓN
La gerente de la Interprofesional del aceite de Oliva Español es ingeniero agrónomo. La vocación de Teresa Pérez surgió de forma casual porque siempre había estado ligada a la arquitectura, las Bellas Artes, incluso a la veterinaria, la Naturaleza en general… ”Sí tenía interés por hacer una carrera de ciencias. Es verdad que en mi familia hay muchos ingenieros alrededor de distintas ramas. Empecé tímidamente en la toma de contacto, pero el primer año me di cuenta de que era lo mío. Pensé que el ser humano tiene que comer siempre, es una necesidad básica que nos liga al territorio, a la Naturaleza, a la civilización… fue esa alianza de circunstancias la que quizá me gustó. Lo que no podía imaginar es que acabaría aterrizando en el sector del olivar, consolidando mi trayectoria dentro del sector”.
-. ¿Cómo se ha instalado el aceite de oliva en su vida?
-. Creo enormemente en este sector, en el producto y en sus posibilidades. Si me metí hace tres años en un proyecto como este que partía de cero y que requería muchísimo esfuerzo y sacrificio…es porque creía en lo que estaba haciendo. En alguna ocasión en el pasado tuve ocasión de cambiar al sector de las frutas y hortalizas y no lo hice. Tengo que reconocer que el aceite engancha tanto a nivel de consumidor como a nivel profesional. Enamora, tiene ese romanticismo de la poesía de Machado o de la pintura de Van Gogh…La belleza del producto y del olivar enamoran.
-. ¿Cuál es la aceituna estrella?
– La que más se produce en España es la variedad picual. El motivo del crecimiento de esta variedad frente a otras es porque responde muy bien y tiene un alto rendimiento. Este fue uno de los motivos por el que su cultivo se extendió más que otros hace un par de décadas. La picual se produce principalmente en Jaén y alrededores, Granada y Córdoba. Cada zona geográfica tiene una variedad de aceituna que se adapta mejor al medio y de la que se saca mejor partido. Cuando hablamos de las grandes variedades no podemos dejar de mencionar la aceituna hojiblanca, que se da en Córdoba, Málaga, Sevilla… No sólo se utiliza en la obtención de aceite, sino que también sirve para producir aceituna de mesa; la arbequina, que se da sobre todo en Cataluña, Baleares y en la Comunidad Valenciana; la empeltre se da en Aragón, la cornicabra, que se puede encontrar en Castilla-La Mancha; o la manzanilla, en Sevilla…Hay más de 263 variedades clasificadas en toda España.
-. ¿Hay una región que viva más del olivo que otra?
-. Jaén vive del olivo. Cuando se habla del mar de olivos en Jaén, es una realidad. En esa zona, a nivel agrícola, la producción se fundamenta en el olivar. La zona de Andalucía representa un 84 por ciento de la producción olivarera nacional.
-. La Rioja también ha hecho de su aceite una marca con denominación de origen.
-. La Rioja, Navarra… son regiones muy agrarias donde se ha desarrollado fuertemente la cultura del vino. Ahora se han dado cuenta que también se puede desarrollar la cultura de otros productos. El aceite, por su naturaleza, está directamente relacionado con la gastronomía y tenemos muchos grandes ejemplos de primeros espadas en la restauración que lo defienden y le dan una gran visibilidad en el mundo. Hay que estar agradecidos por ello, porque lo hacen desde el conocimiento y desde el convencimiento. Saben que con el aceite de oliva la cocina es otra cosa. En estas zonas que me menciona tienen la ventaja de que disfrutan de mucho tirón con el vino y han pensado que igual que ya han dado a conocer sus caldos, ¿por qué no dar a conocer sus aceites?
-. ¿En qué situación se encuentran hoy nuestros olivareros?
-. Preocupación sería la palabra. No sólo por parte de olivareros, también almazareros… creo que todos en general sienten una honda preocupación por el presente y por el futuro. Se trata de un sector que siempre ha vivido muy a corto plazo, campaña a campaña. El sector, a medida que se va profesionalizando, deja de pensar solo en una campaña y empieza a trabajar con estrategias a medio y largo plazo, ya que si una temporada es difícil, la siguiente lo puede ser más.
-. ¿Hay unos objetivos que se haya marcado?
-. Cuando se puso en marcha la Interprofesional, el primer objetivo era arrancar el proyecto e ilusionar al sector para que creyera en él. Luego, que tuviera confianza. Para eso se hizo desde el primer día un seguimiento y control de todas las aportaciones. Esto era fundamental. Seriedad en cuanto a la gestión de los recursos que provenían del sector: cuidado y transparencia. Hemos hecho todo lo posible por multiplicar los recursos en este corto espacio de tiempo. También hemos solicitado y obtenido subvenciones, cofinanciación de aquí y de allá, sumar esfuerzos entre diferentes comunidades autónomas… Hemos conseguido estar coordinados y consolidar una iniciativa que beneficia al sector y le da otra posición a nivel nacional e internacional a nuestro producto. Somos un poco la envidia de otros países productores europeos por haber sido capaces de poner en marcha un proyecto común y consolidarlo.
“DETRÁS DEL PRODUCTO HAY MILES DE FAMILIAS”
Cuatrocientos mil olivareros y más de dos mil estructuras ligadas al sector hacen que estemos hablando de un número importante de personas relacionadas con la aceituna y el aceite. “Tenemos la esperanza y la convicción -afirma Teresa Pérez Millán- de que esto sirve para mejorar la situación de todos y cada uno de los integrantes del sector. Sabemos que detrás de cada uno de ellos hay una familia. Yo calculo que estamos hablando de millones de personas que viven directa o indirectamente del aceite”.
-. ¿Cuál es su objetivo?
-. Poner en el mercado proyectos cada vez más ambiciosos, que consigan dar mejores resultados, que sean de éxito en el menor tiempo posible. El sector necesita ese retorno a corto plazo: que consigamos vender mas y mejor los aceites de oliva de España.
-. ¿Es consciente de que tiene entre sus manos oro líquido?
-. Hace tres años, en la primera entrevista que me hicieron, me dijeron: “Tiene usted una responsabilidad tremenda”. Sin duda, eso es así. Estamos hablando de un producto estrella que tiene detrás a muchísima gente y eso tampoco hay que perderlo de vista a la hora de tomar decisiones.
-. ¿Sus gustos personales están ligados también al aceite?
-. Sí, por supuesto. Soy consumidora. Siempre comienzo el día con un desayuno español: tostada con aceite de oliva virgen extra, tomate…Sobre todo, los fines de semana me doy un homenaje en el desayuno porque tengo más tiempo. Pero entre semana, como las cafeterías cada vez van incorporando más este desayuno, procuro no perderme esos pequeños placeres.
-. ¿Cocina con aceite de oliva?
-. Sí, siempre. Soy de las puristas del aceite de oliva virgen extra de distintas variedades. Tengo varias botellas abiertas a la vez por la curiosidad natural de conocer diferentes marcas. Reconozco que me gusta también catar aceites, degustarlos.
A Teresa Pérez Millán le faltan horas al día. Me dice que necesitaría una jornada de 36 horas y, a lo mejor, no sería suficiente para sacar el trabajo adelante. Le quita el sueño saber que en el ámbito de la promoción los resultados no son inmediatos.
Al hacer balance de estos tres años, dice estar tranquila «por la cantidad de proyectos desarrollados, iniciativas lanzadas y resultados conseguidos”. Ahora se propone ampliar las redes de comunicación para llegar a más número de personas. “Estamos dándole mucha importancia a la comunicación on line. Nuestro principal objetivo es rejuvenecer al consumidor”. Parten de personas que tengan autonomía, poder adquisitivo y que estén entrando en el mercado laboral: “Pueden ser padres o futuros padres de familia. Los estudios de consumo dicen que los que más consumen aceite de oliva son las personas que están por encima de los cincuenta años. Hay que conquistar a todos aquellos que todavía no han entrado en este consumo”.
-. El aceite de oliva se muestra como valor extra en determinados productos y así lo anuncian.
-. Eso demuestra que el aceite de oliva es un valor y que el consumidor lo percibe así. Entre unas patatas fritas en las que no se especifica nada y otras en donde se dice específicamente “Aceite de oliva virgen”, este último el producto aparece como mejor. El consumidor lo reconoce y está dispuesto a pagarlo. Lo tiene claro. En España, cuando uno habla de aceite de oliva, el consumidor lo asocia a producto saludable, a invertir en salud.
-. ¿El otro objetivo será que el consumidor sepa que si en un producto figura en el etiquetado “Aceites vegetales”, ahí no habrá aceite de oliva?
-. Soy partidaria de que cuánta más información, mejor; y que cada cual, libremente, desde el conocimiento, escoja. Está claro que cuando no se dice explícitamente “Aceite de oliva”, hay que tener por seguro que en ese producto no hay aceite de oliva. El aceite de oliva es un valor añadido, siempre se suele destacar por separado al grupo de los que se amparan en etiquetas como aceites vegetales. Cuando uno está hablando de mejor producto y más saludable, desde el punto de vista nutricional, se refiere a los aceites de oliva.
-. ¿Es optimista en cuanto al sector y al aceite?
-. En general, siempre; y en cuanto al sector, también. Un buen producto y las cosas bien hechas siempre acaban encontrando su lugar. El mercado está ahí y los consumidores están también dispuestos a pagar por un producto estrella, de calidad. Es verdad que todavía hay que llegar a nuevos sectores poblacionales y países… y algunos de ellos no están cerca.
-. No hemos hablado de las muchas campañas que realizan fuera de nuestras fronteras.
-. Si contabilizamos las campañas exteriores año a año, se han hecho más de cincuenta campañas de promoción en tres años. En total hemos ido a quince países. Hemos echado el resto y vamos a seguir echándolo en Estados Unidos, China, India, Rusia, Australia, Brasil, México y los países del Este de Europa porque han sido trampolín hacia Asia. Los resultados de estas campañas ya los hemos comenzado a ver. En 2010 se alcanzaron 846.000 toneladas, récord histórico en exportación y este año, todo apunta que se va a volver a superar esa cifra. También se ha desarrollado la promoción en Europa: en Francia, Reino Unido, Bélgica, Holanda y España seguiremos haciendo campañas. Muchos piensan que en España ya no hace falta promoción porque dicen que todos conocen y consumen el producto, pero todavía nos queda mucho trabajo. Por ejemplo, en el campo de la restauración, el tratamiento que se da a los aceites de oliva no refleja la calidad de este producto. Debería estar etiquetado encima de la mesa y con un cierre inviolable para que el consumidor tenga el producto en las mejores condiciones. Para que en el exterior te respeten, en España deberíamos respetar el producto. No se está dando el trato que merece el aceite. En España no se concibe un restaurante que no tenga una aceitera, pero no es suficiente. Estamos por detrás de otros países como Italia y Portugal, que han sabido darle ese valor al producto y al sector sacando una normativa para que en la mesa de sus restaurantes el producto esté convenientemente presentado, envasado y etiquetado.
-. Es importante también la conservación del producto.
-. Efectivamente, ahí los distribuidores podrían hacer una gran labor para acabar con el desconocimiento que existe para la conservación del aceite de oliva. Su ayuda vendría con un buen etiquetado en donde se especificara cómo tiene que conservarse. Por ejemplo, no se puede dejar la aceitera todo el día expuesta al sol en una terraza en pleno verano, se tiene que sacar sólo cuando se vaya a consumir porque, si no, ese aceite se irá deteriorando más rápidamente. Hay una serie de detalles que no costarían mucho aplicar y mejorarían la conservación del producto. Sé que hay muchos hábitos que cambiarán con el tiempo, lo que ya no sé es si tendrán que pasar tres, diez o quince años. La gente debería acostumbrarse a dejar la botella original, tapada, alejada de las fuentes de luz y de calor. Mimar el producto es esencial.
-. Ahora, ¿cuál es el reto más inmediato?
-. Tenemos una nueva extensión de norma que nos va a permitir poner en marcha nuevas acciones durante otros tres años. Hay que seguir trabajando duro y apostando por el crecimiento. Creo profundamente en el producto y en el sector. Espero saber contagiar a todos de este optimismo, a pesar de las muchas dificultades que tenemos, y posicionar los aceites de oliva de España en el lugar que se merecen.
Información obtenida de:
http://www.lavozlibre.com/noticias/ampliar/358706/teresa-perez-el-aceite-de-oliva-se-asocia-en-espana-a-producto-saludable